La Palabra de Dios es más que un conjunto de textos sagrados; es la revelación divina que guía, enseña y transforma vidas. En nuestra visión, la Palabra de Dios es la expresión viva de la voluntad divina, comunicada a través de las Sagradas Escrituras. Es una fuente inagotable de verdad, sabiduría y dirección que ilumina nuestro caminar espiritual.
La Palabra de Dios es la luz que disipa las tinieblas de la ignorancia y revela la naturaleza de Dios. En ella encontramos respuestas a nuestras preguntas más profundas, consuelo en tiempos de aflicción y principios eternos que orientan nuestra conducta.
La Palabra de Dios es también un medio de encuentro con el propio Dios. Cada pasaje, historia y enseñanza nos acerca a la relación personal con el Creador. A través de sus páginas, experimentamos la presencia divina que transforma corazones y renueva mentes.
En nuestra misión, la Palabra de Dios es la base de la enseñanza y la guía espiritual. Buscamos no solo entenderla intelectualmente, sino también vivirla en nuestras acciones diarias. La aplicación práctica de sus principios es esencial para el crecimiento espiritual individual y comunitario.
La Palabra de Dios es una fuente de poder y autoridad. Sus promesas son seguras, sus mandamientos son justos, y su verdad es inmutable. Nos inspira a vivir vidas alineadas con sus enseñanzas, siendo una brújula moral en un mundo en constante cambio.
En resumen, la Palabra de Dios es la guía divina que nutre, transforma y da sentido a nuestras vidas. Es un regalo divino que revela el corazón de Dios y nos lleva hacia una relación más profunda con Él. En nuestra misión, reconocemos su centralidad y buscamos compartir su luz y verdad con el mundo que nos rodea.