En un llamado vibrante a la comunidad cristiana, se recuerda la importancia de un entusiasmo renovado por la fe en Jesucristo. Basándose en la ferviente declaración de Pablo en 1 Corintios 1:23, donde proclama la centralidad de Cristo crucificado, se invita a cada creyente a convertirse en un verdadero embajador de Cristo. Esta pasión es vista como el núcleo de una experiencia espiritual auténtica y viva.
Los apóstoles, quienes compartieron su vida con Cristo, son el ejemplo supremo de cómo la proximidad con el Salvador transforma a las personas en testigos incansables de su evangelio. Se espera que cada cristiano refleje este mismo fervor, estando tan embriagado por el amor y la verdad de Cristo que nada pueda apagar su ardor espiritual.
Vivir y Morir en Cristo: La Soberanía Eterna del Señor
En tiempos de Pablo, el mensaje del evangelio era considerado una locura por muchos en su sociedad. Hoy, se hace un llamado para reavivar esa «magnífica obsesión» que caracterizó a los primeros cristianos. Se alienta a los fieles a avanzar con la convicción y el poder que solo el Espíritu de Dios puede proporcionar.
La reciente tarde de evangelismo en la calle es un testimonio de esta pasión en acción, donde muchos se reunieron para compartir el mensaje de salvación, logrando grandes victorias para el reino. Este evento es un recordatorio poderoso de lo que es posible cuando los corazones están plenamente comprometidos con la causa de Cristo.
